jueves, 9 de agosto de 2012

A Dios rogando y con el mazo dando...

Es típico de los súbditos eclesiásticos asfixiar al pueblo para después redimirse de sus pecados repartiendo limosnas por doquier.

Esta actitud la encontramos hoy en los voceros de la patronal que habitan el Ministerio del Interior y el Poder Judicial, quienes imponen reformas laborales y ejecutan recortes de prestaciones sociales para, posteriormente, indicar a los desamparados cuál es el camino para llegar a la iglesia más cercana donde poder ponerse a llorar para que alguna ONG (ésas a las que la Iglesia amenaza con liquidar si les cobran el Impuesto de Bienes Inmuebles) le entregue un chusco de pan (donado generosamente por las grandes multinacionales del comercio) que llevarse a la boca.

Esta actitud es inmoral, y sobrepasa los límites de lo humanamente soportable. Supone un insulto y una agresión hacia el respeto y la dignidad de miles de familias españolas condenadas a una situación de miseria difícilmente superable a base de limosnas.

Por este motivo, condenamos que se persiga, bien a través de los medios de comunicación, bien a través del sistema judicial, a quienes defienden que se le devuelva al pueblo lo que es del pueblo, es decir, el producto de su trabajo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario