Patriotas y antipatriotas.

Los republicanos hemos defendido la soberanía de los pueblos y naciones; hemos defendido el derecho de Argentina a gestionar sus recursos naturales y económicos, denunciando así el colonialismo ejercido por España sobre Latinoamérica; la misma postura hemos mantenido respecto a la nacionalización de la energía eléctrica por parte del gobierno boliviano; hemos denunciado la actitud racista y xenófoba que mostró el gobierno español hacia el pueblo ugandés; hemos defendido la igualdad de derechos, a todos los niveles, entre población migrante y española; y hemos llevado la bandera republicana a todas las movilizaciones sociales.

Todas estas cuestiones han provocado que aquellos que aplauden a quienes han privatizado los sectores económicos estratégicos del Estado (operadores ferroviarios, operadores de comunicaciones, banca, recursos naturales y minería) en beneficio de las grandes multinacionales inglesas, alemanas y estadounidenses; a quienes han promovido la deslocalización industrial, provocando así cientos de parados; a quienes pretenden convertir nuestra España en el centro de ocio, juego y prostitución de los magnates extranjeros; a los mercenarios de la cultura mercantil (especialmente deportistas y cantantes), que ingresan sus multimillonarios salarios en cuentas suizas para evadir en España impuestos con los que mantener los servicios públicos; en definitiva, aquellos que cuelgan la bandera roja y amarilla bajo ventanas y balcones en jornadas deportivas, nos llamen a nosotros antipatriotas y antiespañoles.