jueves, 19 de abril de 2012

El elefante de la discordia.

Si bien no sorprende que el rey se vaya de cacería en plena crisis (sus antepasados siempre lo hicieron), lo que sí sorprende realmente es el revuelo mediático que  alrededor de esta noticia se ha levantado.

Ciego es el que no vea e ignorante el que no quiera ver el debilitamiento creciente de la casa real. Ni las disculpas pedidas por el monarca a la puerta del hospital ni el maquillaje puesto por los medios de comunicación pueden evitar que un pueblo que agoniza cada fin de mes se sienta verdaderamente insultado ante tal magnitud de fondos públicos derrochados, cuando no malversados, sin ningún tipo de pudor.

Es precisamente en estos momentos en que la opinión pública golpea con dureza a la casa real cuando se dan las condiciones sociales, económicas y políticas adecuadas para que los republicanos nos presentemos ante la sociedad como alternativa a este modelo de Estado ilegítimo, corrupto y antidemocrático al servicio de las altas clases.

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